
Lávate moderadamente el cabello
con un champú de buena calidad. Muchas personas aseguran que lavarse el cabello
con demasiada frecuencia puede resecarlo, quitarle sus aceites naturales y
dañarlo. Trata de lavártelo como máximo cada 2 días o incluso 2 veces a la
semana.
Prueba champús que no contengan
sulfatos o parabenos. Los sulfatos son sustancias químicas que hacen que los
champús hagan espuma. Los parabenos son
conservantes que causan irritación y problemas en los ojos después del uso prolongado.
Estos dos productos químicos no son
saludables para ti ni para el medio ambiente, así que procura usar champús con
ingredientes naturales.
Elige un champú que se adapte a
tu tipo de cabello. No elijas cualquiera ya usado, sino el que le siente a tu
tipo de cabello. Algunos de los tipos más habituales son los siguientes:
El cabello rizado o grueso
necesita un champú que minimice el esponjado y le dé suavidad.
El cabello lacio o graso
necesita un champú suave especial para lavarlo todos los días.
El cabello teñido o tratado
necesita un champú que esté enriquecido con extractos o aminoácidos, ya que
está principalmente dañado.
El cabello seco necesita
champús con colágeno glicerina para
ayudar a restaurar un poco de la humedad del cabello.
Usa un acondicionador según tu
tipo de cabello, el largo y el daño causado por los tratamientos. Como regla
general, acondiciónatelo cada vez que te lo laves, aunque el cabello muy
tratado o teñido probablemente necesite un poco más de cuidado que el cabello natural.
Acondiciónatelo a profundidad
una vez a la semana. Usa un producto de los que venden en las tiendas o
aventúrate y prueba una solución casera. El acondicionador profundo es
excelente para el cabello. Lo deja suave, sano e hidratado.
Acondiciónate correctamente
según tu tipo de cabello:
Cabello fino: si tienes el
cabello muy lacio, prueba un tratamiento de aceite botánico antes del champú.
Por ejemplo, puedes usar aceite de lavanda o de árbol de té y frotarlo debajo
de las cutículas antes del champú. Enjaguar con abundante agua y aplicar el
acondicionador hasta las puntas del cabello. Déjalo actuar 1 minuto antes de
lavarlo.
Cabello mediano a grueso: usa
uno con hidratantes naturales que sea ligero. Aplica el acondicionador por toda
la cabeza y déjalo actuar de 2 a 3 minutos.
Ten cuidado con el uso de
productos con demasiadas proteínas. El exceso de proteínas puede dejarte un
cabello reseco y quebradizo. Como la proteína es la piedra angular de la salud
del cabello, usa acondicionadores que contengan ingredientes equilibrados.
Puedes usar un serum en
pequeñas cantidades para controlar el esponjado. Asegúrate de no usar demasiado
y lávate el cabello una vez a la semana con un champú para limpiar
profundamente para evitar la acumulación, que lo dejaría escamoso y sin brillo.
Enjuágate el cabello con
vinagre antes de lavártelo con champú. Hacerlo ayudará a que se vea más
brillante y limpio, además tratará la caspa. Mezcla 1 parte de vinagre (de
preferencia vinagre de manzana) con 3 partes de agua tibia, luego enjuágate y
lávate el cabello como de costumbre.
Hidrátate el cabello. Usa cinco
aceites: aceite de almendra, de ricino, de oliva, de coco y de lavanda. Mezcla
proporciones iguales de cada uno. Aplícatelo al cabello y déjalo actuar 4 horas
antes de ducharte y quitarte el producto.
Deja que el cabello se seque
naturalmente. Después de salir de la ducha, envuélvete el cabello con una
camiseta de algodón. Las toallas están hechas de una tela muy dura y
perjudicial para el cabello, la cual lo dejará esponjado y con las puntas
abiertas. Evita cepillártelo mientras esté húmedo, sino terminará quebradizo y
débil. Solo usa un peine de dientes anchos para desenredarte mientras esté
húmedo.
Procura no usar el secador. El
cabello sano no responde bien al calor, puede sufrir daños con facilidad, sobre
todo de los secadores. Si tienes que usarlo, sécatelo con baja temperatura y
solo dos veces por mes.
ducharte antes de ir dormir en
la noche, haste en un moño hacia arriba y deja que se seque solo durante la
noche. Estará seco en la mañana.
No te cepilles demasiado el cabello.
Aunque necesitamos de la estimulación de los folículos y asi promover el
crecimiento debe cepillar el cabello, pero el cepillado demasiado frecuente
daña las hebras y causa frizz y puntas abiertas.
Después de ducharte, prueba un peine de dientes anchos. Si no, usa
tus dedos.
Recorta tu cabello regularmente. La mejor forma de eliminar las
puntas abiertas es ¡haciéndolo uno mismo! Toma unas tijeras de cabello y
recorta las puntas abiertas aproximadamente 5 mm (1/4 pulgada) por encima de
las puntas. Muchas mujeres con el cabello perfecto nunca tienen las puntas
abiertas, porque tienen como prioridad cortarse el cabello o lo recortan ellas
mismas cada 6 u 8 semanas.
Péinate de forma natural, así
reducirás al mínimo los daños. Péinarte varias veces por semana puede dañar
excesivamente y peinarlo varias veces por semana lo debilitará gravemente.
Evita hacerte un decolorado o
permanente, alisarlo, rizarlo, prensarlo o teñirlo, si es posible. ¿Así que
quieres salir el sábado en la noche y necesitas alisarte el cabello? Está bien.
Solo asegúrate de hacerlo de vez en cuando, no permanentemente.
No usar bandas de goma elásticas
para tirar o peinarte el cabello. Las bandas de goma elásticas lo enredarán y
rasgarán el folículo.
Procura no hacerte peinados que
tiren hacia atrás o pegados al cuero cabelludo. las trencitas pegadas al cuero
cabelludo o las colas de caballo apretadas pueden causar daños en las raíces o
tensar los folículos.
En cambio, experimenta con el
cabello recogido: una cola de caballo o un moño sencillo se ven ordenados y
requieren muy pocos productos. También puedes simplemente dejarte el cabello
suelto y ponerte una diadema.
Trata o tiñe tu cabello con
moderación, si lo haces. Teñir y tratar el cabello puede quitarle mucho. Las
personas que optan por el estilo al natural a menudo no experimentan el
problema de tener el cabello seco, dañado o demasiado tratado.
Si te tiñes el cabello, trata
de hacerlo de vez en cuando. Toma un descanso de los tintes y dale a tu cabello
un breve respiro. Verás que responderá favorablemente.
Come sano. Las vitaminas
correcta harán una cabellera bella y hermosa. Puesto que el cabello está hecho
de proteínas, asegúrate de llevar una alimentación balanceada rica en proteínas
magras, granos integrales, frutas y verduras. Una dieta saludable asegurará un
mejor aspecto y mejor sensación en el cabello.
Asegúrate de obtener suficiente
vitamina C (fortalece el cabello), hierro (ayuda a transportar oxígeno a los
vasos sanguíneos), zinc (lo hace crecer y repara el tejido) y ácidos grasos
omega 3 (lo hacer crecer sano).
Dale un poco de tiempo a tu
cabello para que muestre su nuevo brillo. Tu alimentación no marcará una
diferencia inmediata en tu cabello actual, pero te ayudará con el nuevo cabello
que crecerá en el futuro.
Elimina el estrés de tu vida. Los factores de estrés físico y
mental no dejarán que tu cabello alcance su máximo potencial. El estrés puede
causar la pérdida del cabello, así que trata de no dejar que te venza. Buscar
momentos de emoción que sean saludables para el estrés: el yoga, el ciclismo, la
meditación u otras formas de ejercicio. Todas sirven.